En numerosas ocasiones me han preguntado, ya sea a través del blog, o directamente los alumnos de mis cursos, sobre la conveniencia de participar en los numerosos visionados de porfolios que proliferan desde hace ya varios años. No hay festival de fotografía que no tenga un espacio reservado para que determinados expertos y profesionales de la fotografía y el arte, puedan contemplar el trabajo de fotógrafos emergentes, deseosos de dar a conocer sus proyectos, con la esperanza de conseguir un espaldarazo a su carrera. Eso sí, previo pago de una cuota que en algunos casos puede llegar a varios cientos de euros, además del habitual paso por una selección previa, también con cuota de inscripción.
¿Merecerá la pena? Ésta es la pregunta que todos se hacen antes de decidirse a participar. Además de tener presente la frustración para el que no consigue ser seleccionado, hay que ser consciente de lo que supone o puede suponer para el fotógrafo participar en este tipo de eventos. No hay que pensar que algo así va a cambiar tu carrera o va a suponer una consagración en el mundo del arte, que te haga fruta apetecible para las galerías. Prueba de ello sería realizar un repaso a los ganadores del Premio Descubrimientos de Photoespaña, el apartado reservado para el visionado de porfolios en el más importante festival de fotografía de España, para comprobar que muchos de ellos han quedado en el olvido, dentro de una carrera poco trascendente. Y seguramente también veríamos que, en cambio, alguno de los “no ganadores” sí han logrado establecerse dentro del mundo de la fotografía.
Un visionado de porfolios hay que planteárselo como un escaparate donde puedes aprender muchas cosas, y que te puede aportar interesantes reflexiones a tu trabajo. Pero no pensemos en ello como un atajo para conseguir avanzar más rápido de lo que avanza nuestra solidez y coherencia como fotógrafos. Como ha quedado demostrado, no te va a cambiar la vida de la noche a la mañana, por mucho que nuestro ego se vea notablemente reforzado por los reconocimientos, por lo que piensa antes en desarrollar un trabajo interesante, creíble, con personalidad y bien acabado. No hay que precipitarse. Al final, este tipo de eventos se repiten anualmente, por lo que es mejor esperar un momento más adecuado, donde tengas un proyecto sin fisuras, antes que presentar algo que sea frágil y no aporte nada nuevo a quién va a juzgar tus fotografías.
Vivimos en un mundo donde lo queremos todo ya, y hay ansiedad por el triunfo y la gloria rápida. Pero la fotografía, como ha quedado demostrado a lo largo de su historia, nos pone numerosos ejemplos de creadores que han encontrado su espacio en el mundo del arte cuando ya tenían una avanzada edad. La fotografía es una carrera de fondo, y los fotógrafos más interesantes son los que han conseguido crear proyectos consistentes, que nos han hecho reflexionar u observar la realidad con nuevos ojos, y que han sabido extender en el tiempo su sorprendente visión. Por lo tanto, si quieres participar, valora todo lo que he comentado aquí. Y si esa valoración, analizando tus imágenes, resulta positiva, da el paso hacia adelante para inscribirte. Eso sí, la fama o las frustraciones que te puedas encontrar en el camino, no las encares como determinantes. Al final, los juicios de cada uno pueden ser tan subjetivos como nuestra propia actitud creadora. Y, no olvides que somos fotógrafos, con toda su grandeza y su miseria. Por mucho que consigas, y por muy maravillosa que sea la fotografía, el 99% de la población seguirá sin saber quién eres.