Archivos Mensuales: noviembre 2013

La frase fotográfica de los martes, por Antonio Muñoz Molina

“La literatura da cuenta del mundo inventándolo; igual hace la fotografía, es decir, la mirada.”

Antonio Muñoz Molina.

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© Sofía Moro, «Antonio Muñoz Molina»

Extrañados: Stephen Shore para Bottega Veneta

En esta sección hemos visto cosas sorprendentes, pero nada como la campaña que firmó Stephen Shore para la firma de moda Bottega Veneta, de su colección primavera/verano 2006. Y lo hizo situando la acción, no precisamente en moteles destartalados o gasolineras, o en un paisaje típicamente norteamericano, sino en un ambiente de lujo y elegancia, y con un estilo que podríamos calificar de clásico dentro del mundo de la moda. Shore cuenta que de divirtió mucho realizando este trabajo, y que supuso un verdadero reto realizar lo que le pedían, sin más. Un encargo que no ha sido el único en el mundo comercial que ha fotografiado, como bien atestigua que ya ha aparecido en “Extrañados”.

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© Stephen Shore para Bottega Veneta

Pequeños (o grandes) desconocidos: Bill Burke

Bill Burke (nacido en 1943, Milford, Estados Unidos) sigue la larga tradición retratista documental norteamericana, que lo podría emparejar con Diane Arbus, o el Richard Avedon de “In The American West”, e incluso con alguna de las imágenes que nos dejó Walker Evans. Su estilo es directo, franco y honesto. Como en el caso de ellos, asoman en los gestos de los retratados, cierto aire de derrota, de sueños incumplidos, de promesas que se esfumaron en el trayecto de la vida. Personas normales, de existencias cotidianas, pero donde atisbamos un gesto que podría dar pie a escribir una pequeña historia sobre su vida, siempre por supuesto tan irreal como pueda serlo una fotografía. En alguno de los fantásticos retratos de Burke, asoman almas, podemos casi empatizar con ellos, con ganas de consolar una media sonrisa amarga, o una tristeza que asoma entre la máscara imperfecta que deja desnudo el rostro. “I Want To Take Pictures”, de 1987, y “Portraits” (1987), son dos de los libros que recogen la obra de este fotógrafo norteamericano. Pero Burke no ha tenido como único objetivo ese ciudadano medio estadounidense. En Camboya realizó una sus series más impactantes, de una gran crudeza, que conformaron el libro “Mine Fields” (1995). En la actualidad, Burke es profesor de fotografía en la School of Museum of Fine Arts, en Boston, y su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y la George Eastman House, entre otras.

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Todas las fotografías © Bill Burke

La frase fotográfica de los martes, por Stephen Shore

«Me encanta observar una obra de arte y que me abra los ojos a algo, que suceda algo inesperado o que me provoque una sensación instintiva, psicológica o visual.»

Stephen Shore.

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© Stephen Shore, «Stampeder Motel, Ontario, Oregon, 1973»

Roy DeCarava, la otra voz negra

Roy DeCarava (1919-2009, Nueva York) forma parte de esa generación de fotógrafos norteamericanos que a mediados de los años 50 buscó nuevas vías de expresión personal, utilizando la imagen documental como vehículo donde revelar pensamientos, ideas o simples versos sueltos de una profunda hondura.  Junto al más conocido Gordon Parks, conforman la escasa presencia de la población afroamericana dentro de la fotografía de los Estados Unidos.  Su principal obra fue el libro “The Sweet Flypaper of Life” (El dulce atrapamoscas de la vida), cuyas imágenes iban acompañadas por los textos de Langston Hugues. Este trabajo, publicado en 1955, fue realizado gracias a una beca Guggenheim, primera otorgada a un fotógrafo afroamericano, y tuvo como gran escenario visual las calles de Harlem, donde DeCarava había nacido. Sus imágenes han quedado como firme testimonio de la vida de esas históricas avenidas neoyorkinas, en un momento donde el movimiento a favor de los derechos civiles de la población afroamericana tomaba un nuevo impulso. Pero DeCarava no era un fotógrafo político al uso. Traslada a la imagen la situación de esa parte marginada de la población, pero su “política” era más sutil, más poética, poniendo la realidad al servicio de su propia manera de ver la fotografía.

En “The Sound I Saw”, que no vio la luz hasta el año 2000, se recogen las instantáneas que durante los años 50 y 60 realizó en los locales de jazz de ese mismo barrio neoyorkino. Imágenes que desprenden la similar esencia lánguida, melancólica y oscura de esos ritmos tan asociados a la población negra de los Estados Unidos. Fotografías a media luz, donde apenas se ilumina un gesto, una mirada o unas manos deslizándose por un teclado. En esta serie de imágenes, DeCarava se revela como un fotógrafo de exquisita sensibilidad para transmitir una atmósfera a través de la fotografía, palpando el momento y sabiendo utilizar la cámara de la manera más adecuada. Pocos fotógrafos han hecho un uso tan extremo de las sombras en una imagen, sombras que te obligan a detenerte y a bucear entre los matices de grises que se dejan atisbar.

En 1996 el Museo de Arte Moderno de Nueva York realizó una retrospectiva de su obra, ya para siempre unida al jazz y al barrio de Harlem. En el catálogo de la exposición, Peter Galassi escribía lo siguiente: “A través de la lírica precisión de su trabajo, DeCarava se dirige al espectador con una intimidad poco frecuente. Su gracia formal es un vehículo de fuertes emociones. Nadie ha hecho fotografías más abiertamente delicadas, y tal vez esto no sea ninguna sorpresa en un artista cuyo estilo es tan sutil, pero en cuyas fotos encontramos también dolor e ira.”

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Nuevas miradas: Palíndromo Mészáros

Todos recordamos el accidente que ocurrió hace tres años en Hungría, cuando miles de litros de residuos tóxicos fueron liberados por la rotura de una presa que acumulaba restos de aluminio, arrasando dos aldeas y provocando la mayor tragedia medioambiental del antiguo país comunista.

La catástrofe creó una línea en los edificios, el terreno y los árboles, que separaba la parte donde llegaron los líquidos contaminados, de la parte donde no lo alcanzaron. Tiempo después, Palíndromo Mészáros (Madrid, 1986), un fotógrafo documental asentado en Madrid, fue a fotografiar esa línea de la desgracia, que sirvió para construir el trabajo que le ha dado a conocer, “The Line”, especialmente con el fotolibro que ha surgido de él.

Y lo hace de una manera fría, frontal, tan fotográfica, como bien recuerda Eduardo Momeñe en el ensayo que sirve de introducción al libro, que nos lleva a retroceder en el tiempo, y volver a Roger Fenton y su célebre campo de batalla, sin muertos, evocador,  estético, pero tan contemporáneo. Mészáros crea un proyecto tremendamente gráfico, que nos habla de la huella, que trasciende la tragedia y las consideraciones políticas, para adentrarse en lo personal, en el escenario de lo íntimo, de la abstracción de la realidad.

Aquí no hay personas que nos liguen emocionalmente al suceso, todo lo que se nos muestra es el espacio, una salvaje creación de la dejadez humana ante la naturaleza, que puede provocarnos una necesaria reflexión, o un simple deleite visual. Es el doble juego de este tipo de imágenes, que para muchos “estetizan” en exceso lo real, y que para otros exprimen al máximo las posibilidades de la fotografía como documento ligado a lo personal.

En la web de este joven fotógrafo encontramos otros ensayos interesantes, más convencionales, donde Palíndromo se nos muestra como un fotógrafo especializado en esa zona de Europa.

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Extrañados: Nan Goldin para Kid’s Wear

Nan Goldin no es nueva en esta sección del blog, ya que son conocidos sus trabajos de moda para diferentes publicaciones. En este caso, vamos a conocer la colaboración que viene realizando desde hace años con la revista semestral de moda infantil y juvenil Kid’s Wear, que se edita en Alemania, y que tiene un estilo muy artístico y personal. Martin Parr, Anton Corbijn, Bruce Webber o Viviane Sassen son algunos de los nombres que han pasado por la páginas de esta publicación, ideada por el también fotógrafo Achim Lippoth. En Kid’s Wear, Nan Goldin es fiel a su estilo “casual” y natural de fotografiar.

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Todas las fotografías © Nan Goldin para Kid’s Wear

La frase fotográfica de los martes, por Julio Cortázar

«Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros.»
Julio Cortázar.
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René Burri, «Julio Cortázar»

Alberto Schommer, el retratista premiado

Alberto Schommer (Vitoria, 1928) ha sido uno de los grandes fotógrafos españoles de las últimas décadas, y por fin ha obtenido el reconocimiento que merecía con el Premio Nacional de Fotografía 2013. Este galardón tal vez sirva para ensalzar esa disciplina tan genuinamente fotográfica como el retrato, pero que en su vertiente más pura sin duda ha sido menos valorada en los altos estamentos del mundo artístico que otros géneros. De igual manera,  en el eterno dilema entre la fotografía personal y la comercial, el hecho de que el fotógrafo vasco haya realizado la mayor parte de su carrera por encargo, es una muestra de la validez de una obra que, una vez transcurrido el tiempo, trasciende el punto de partida, y se integra en la memoria visual colectiva, sin etiquetas ni prejuicios.

En la obra de Schommer encontramos la pulcritud, la elegancia y la perfección de los grandes maestros, fruto de una mente lúcida, que ha tenido el talento de marcar la diferencia entre otros retratistas de la misma generación. En sus imágenes aparecen las mejores esencias de los nombres que marcaron el terreno en ese tipo de retrato editorial, a la vez que personal, siempre referentes, como los norteamericanos Richard Avedon e Irving Penn.  Sus retratos denotan una idea, un guión sobre el que construir, donde nada es dejado al azar. O al menos al azar improvisado, porque en un retrato, en el cuál es necesaria la colaboración de otra persona, puedes encontrar  un margen amplio para la sorpresa, hacia uno u otro sentido. Pero ese margen para Schommer se reduce, trabajando en la edificación previa, y llevando al retratado hacia su terreno y hacia su proyección personal.

Schommer fue el retratista de una época de España, principalmente desde las páginas del diario El País, donde inmortalizó a los personajes más importantes de la cultura y la política.

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© Alberto Schommer, «Cardenal Tarancón»

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© Alberto Schommer, «Andy Warhol»

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© Alberto Schommer, «Andy Warhol»

DOCU_GRUPO LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES RETRATA SU HISTORIA CON OBRA DE CUATRO SIGLOS

© Alberto Schommer, «Eduardo Chillida»

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© Alberto Schommer, «Gabriel Celaya»

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© Alberto Schommer, «José Hierro»

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© Alberto Schommer, «Rafael Alberti»

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© Alberto Schommer, «José Luis López Vázquez»

La frase fotográfica de los martes, por Susan Sontag

“Hoy todo existe para culminar en una fotografía.»

Susan Sontag.

Susan Sontag, writer, New York City, February 11, 2000

Richard Avedon, «Susan Sontag»